Principio de legalidad Es considerado uno de los logros más importantes del Estado de Derecho, sus orígenes más significativos descansan en la contraposición entre “el gobierno de los hombres” y el “gobierno de las leyes”. En su acepción juridíca más aceptada, la legalidad como principio significa “conformidad a la ley”.
Este principio se encuentra inmerso en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 14 establece que “Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el, que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho.” Por otro lado, el articulo 16 tiene contemplado que “Nadie puede ser molesiado en su persona, familia, domicilio, papeles 0 posesiones, sino virtud de mandamiento escrito de la autoridad Competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”.
El principio de legalidad suele enunciarse bajo el lema, que mientras los particulares pueden hacer todo aquello que no esté prohibido, las autoridades solo pueden hacer lo que la ley les permite.
¿Que nos quiere decir el principio de legalidad?
Este es el principio de legalidad jurídico: la ley rige el acontecimiento, el acontecimiento se sujeta a la ley y nunca esperamos que el acontecimiento viole la ley; sería antijurídico. De modo que entendemos que todo acto de autoridad debe ajustar su actuación al orden legal.
¿Que se entiende por legitimidad?
El término legitimidad (y sus derivados: legítimo(a)) se utiliza en la teoría del Derecho, en la ciencia política y en la filosofía para definir la cualidad de ser conforme a un mandato legal.
¿Cuáles son los requisitos de validez de los actos administrativos?
12. Conclusiones –
¿Qué entendemos por actos administrativos ? Las declaraciones de las entidades que, en el marco de normas de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situación concreta. ¿Cuáles son los requisitos de validez del acto administrativo? Son cinco: competencia, objeto o contenido, finalidad pública, motivación y procedimiento regular. ¿Cuáles son las causales de nulidad del acto administrativo? La contravención al ordenamiento, el defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez y los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal o que se dicten como consecuencia de la misma. ¿Cuándo se constituye la eficacia del acto administrativo? A partir de que la notificación legalmente realizada produce sus efectos, conforme a lo dispuesto.
¿Quién puede lo más puede lo menos derecho administrativo?
“Quien puede lo más, puede lo menos” “A primera hora de la mañana, una vecina chilló ‘¡Que viene!’, pero no era Puigdemont, sino un ejército de la Guardia Civil. Tiraban a la gente por el suelo, les pegaban patadas, no por encima de la cintura porque había muchas cámaras”.
En otras ocasiones, dirigían su denuncia al Cuerpo Nacional de Policía: “Estábamos haciendo cola y entró la policía. Sin mediar palabra, empezaron a dar golpes a gente a la que cogían por el pelo, escenas espeluznantes, algo bastante violento”. Eso sí, en un ambiente de emoción, ya que para alguno “fue el mejor voto de mi vida”.
Los relatos ofrecidos esta semana por los testigos, según los cuales policías y guardias civiles se habrían presentado el 1 de octubre en los electorales golpeando a quienes allí se encontraban: “Se pusieron en formación, nos pegaban en la barriga, el hígado, las partes bajas.
Me acuerdo del ruido de las porras cuando abrían las cabezas. Vi a gente amiga íntima, a los carniceros del pueblo, pasteleros, pescadores. Cuando empezaron a abrir las cabezas de la gente que se manifestaba pacíficamente, en un momento de shock emocional, un grupo pequeño de gente les llamó asesinos”.
Y lo ían sin que existiera agresión, resistencia ni provocación previa. (“escuché a un agente llamarnos, no sé si ratas o perros, y decirnos que nos iban a dar hasta en el DNI”; “aquello era un Walt Disney, la gente no iba armada, había agresividad verbal, insultos, pero no hubo ataques a la policía”).
Relatos que resultan difícilmente compatibles con las versiones detalladas semanas atrás por los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. La tónica de las comparecencias, ha seguido siendo junto a denunciar las actuaciones de Policía y Guardia Civil, recrear una “arcadia feliz” en un ambiente pacífico y festivo.
En palabras de un alcalde, “era un ambiente muy cívico, muy tranquilo, todos queríamos que saliera bien”. Otro saludó con alborozo la presencia de tractores, sin cortar el tráfico: “Suerte tiene el país de los trabajadores de la, pero todo se hizo pacíficamente, a la catalana.
- Siempre con actitud positiva, activa”.
- No se sabía el origen, pero el caso es que “aparecieron cajas con bocatas, ensaladas preparadas, frutas, fue la de bien porque nos hacía falta, y parte de esa comida la ofrecimos a las fuerzas de seguridad del Estado”.
- Los testigos con militancia política (alcaldes, diputados, senadores o dirigentes de partidos políticos, secesionistas) han confirmado que estaban en los colegios para votar, a pesar de conocer que la votación había sido declarada ilegal.
No importaba demasiado que el referéndum del 1 de octubre hubiera sido prohibido por el Tribunal Constitucional: “Lo entendíamos como una convocatoria electoral normal y tenemos un compromiso con la democracia y la ciudadanía”. Ya entonces, habían asumido el desafío que suponía participar en una actividad que la justicia había declarado ilegal, y lo hacían por motivos ideológicos, en defensa del “derecho a decidir”.
- Por tanto, para quien entonces asumió esa quiebra de la legalidad, no parece muy difícil que, en defensa de la misma causa que le movilizó entonces, asuma ahora adaptar la realidad de lo vivido en aras de ofrecer el relato que más convenga al futuro penal de sus líderes hoy encarcelados.
- Quien puede lo más, puede lo menos.
Para los observadores internacionales (un diputado alemán, una diputada canadiense y un ministro esloveno) que declararon en las Salesas “se trataba de un acontecimiento político de importancia y la motivación era tener un testimonio de primera mano, en un ambiente con un elevadísimo grado de decisión y una voluntad absolutamente pacífica”.
La insistencia, coral: “Sabíamos que no se podía producir la votación, que estaba prohibida, pero también sabíamos que votar no era ningún delito” y la coincidencia en subrayar el ambiente festivo también: “A sabiendas de que era un gesto de desobediencia civil, la gente estaba contenta, cantaba, gritaba lemas sobre el derecho al voto.
Pasamos la noche dentro del colegio, hicimos yoga,, actividades deportivas. Vimos un pueblo catalán emocionado, no violento, pacífico, que se daba la mano y cantaba para darse ánimos”. Una atmósfera solo desdorada (‘como todo el planeta vio’) por la violencia de la policía española: “Arrastraba y pegaba a la gente para sacarla de ahí, reventaron la puerta de la y el gimnasio.
- Se llevaron, en una bolsa de basura, material escolar, algunos disfraces, juguetes.No se llevaron material electoral”.
- Versiones incompatibles.
- Entonces, ¿a quien creer? Parece obligado decir que los defensores de la legalidad no actuaron en virtud de motivos políticos o ideológicos que les están vedados (tienen exigencia de neutralidad política) sino en cumplimiento de una orden judicial que están obligados a defender con imparcialidad.
El prestigio de las instituciones a las que pertenecen les concede personal e institucionalmente una alta presunción de veracidad. En consecuencia, parece lógico pensar que han actuado en la vista oral, como lo hacen a diario, con imperiosa fidelidad a lo vivido.
Si no lo hicieron, entrando en los colegios retirando, uno a uno, a quienes se lo pretendían impedir y, además, lo hicieron usando la fuerza de sus propias manos (si bien disponían de medios más efectivos y contundentes) no pudo ser por otro motivo que adecuarse a los criterios de proporcionalidad que les marcan sus propios principios de actuación. Parece poco creíble que quienes subordinaron el cumplimiento total de las órdenes recibidas al (entre el amplio abanico de cuántos disponían) de los recursos menos lesivos, se hubieran saltado las normas de actuación, dedicándose a agredir -sin ton ni son- a pacíficos ciudadanos, alterando así un proceder que les ha granjeado el respeto de que gozan. Si su intención hubiera sido sacudir al opositor, como pretenden las defensas (un letrado, tras escuchar a un alcalde, hizo una pausa dramática: “Quiero recobrar la serenidad para ejercer la función de defensa”), además de verse obligados a cambiar su tradicional forma de actuar, no parece lógico que hubieran sido tan escrupulosos en la limitada selección de los centros en los que operar y en los medios empleados.
Esperando el careo, cabe destacar la ecuanimidad del cantautor Lluis Llach ( L’Estaca ) en las Salesas: “Puedo dar fe absoluta de que los guardias civiles fueron siempre respetados, que su comportamiento fue ejemplar. Con un relato pacificador: “No salimos a la calle si no es con esta norma asegurada, la de que no se produzcan altercados”. : “Quien puede lo más, puede lo menos”
¿Cuándo es legítima la autoridad?
Las autoridades legítimas son aquellas que tienen la capacidad para forzar a otros a acatar sus exigencias y a quienes es moralmente permitido (esto es, que no tienen la obligación moral de abstenerse) ejercer esta capacidad. Según esta perspectiva, las autoridades no pretenden crear obligaciones morales para obedecer.
¿Qué es legalidad sinonimo?
¿Qué es un sinónimo? – Un sinónimo es una palabra que tiene un significado casi idéntico a otra. Los sinónimos son términos diferentes que significan casi lo mismo (por ejemplo, legitimidad es un sinónimo de legalidad). En general, dos palabras se consideran sinónimas si, al intercambiarlas en una oración, el sentido de ésta no varía.