La Ley de Inclusión introduce nuevas exigencias en esta materia, modificando los criterios generales y manifestando lo siguiente: No podrá expulsarse o cancelar la matrícula de un estudiante por motivos académicos, políticos, ideológicos y de cualquier otra índole, salvo que se trate de lo que se señala a
¿Cuándo pueden expulsar a un estudiante?
La escuela puede expulsar al estudiante aunque el caso penal esté pendiente y el menor no haya sido condenado. Es importante que usted le pregunte al defensor público o al abogado defensor en el caso penal si su hijo debería atestiguar en la audiencia de expulsión.
¿Qué hacer si te expulsan de la escuela?
Darle al estudiante y al padre de familia/tutor una oportunidad para cuestionar en persona las razones de la expulsión ante el Oficial de Audiencias del Distrito Escolar. Programar una audiencia de expulsión dentro de 3 a 5 días después de que la escuela da el aviso. ¡Vaya a la audiencia de expulsión!
¿Cómo te pueden expulsar de un colegio?
Causas graves como el consumo de drogas y bebidas alcohólicas dentro de la escuela, no respetar la disciplina escolar y enfrentarse e, incluso llegar a la agresión física a profesoras, profesores y miembros del personal de la escuela, constituyen causal de expulsión.
¿Cuándo se debe suspender a un estudiante?
Disciplina en las escuelas: Suspensión ¿Preocupado por hacer esto por tu cuenta? Es posible que pueda obtener ayuda legal gratuita. Part of the equal education library, sponsored by, Nota: COVID-19 está afectando muchas áreas de la ley. Por favor, consulte para las últimas actualizaciones. Una suspensión es cuando la escuela remueve a un estudiante por un periodo continuo de 10 días o menos. Si la escuela decide a, generalmente suspenden al estudiante por 10 días antes de realizar una,
Una amenaza a la seguridad de la escuela Una interrupción para el aprendizaje de los otros estudiantes
Una escuela puede suspender un estudiante para más de 3 días solo si la escuela ha intentado otras intervenciones que no han trabajado y:/p> If a school suspends a student for longer than 4 days, they must provide appropriate and available support services while the student is suspended. Los estudiantes pueden ser suspendidos por las siguientes razones:Los estudiantes pueden ser suspendidos por las siguientes razones:
Desobediencia al personal escolarSalir de la escuela sin autorizaciónPosesión de cigarrillos o encendedoresDaño a la propiedad de la escuelaUso de teléfonos celulares y bíper sin autorizaciónApuestasPeleasFalsificaciónCopiar el trabajo de otro estudiante u otra fuenteHostigamiento, acoso o uso de amenazas o violenciaUso de la alarma contra incendios cuando no exista incendioRobo, o traer objetos robados a la escuelaUso o posesión de fuegos artificiales en la escuelaConducta sexual inapropiada
El personal escolar decidirá cuánto tiempo deberá ser suspendido un estudiante, siempre y cuando sigan los lineamientos del manual de disciplina de la escuela, el cual debió haber sido recibido y revisado detalladamente por usted y su hijo conjuntamente al inicio del año escolar.
Si usted no posee una copia del manual de disciplina de su distrito, usted debe requerir una copia lo antes posible. Adicionalmente, muchos distritos escolares publican sus manuales de disciplina en el internet. Una suspensión del autobús escolar puede ser por más de 10 días por razones de seguridad, y podría afectar la capacidad del estudiante llegar a la escuela.
Si un estudiante es suspendido por usar el autobús escolar y no tiene medios de transporte alternativo, la escuela debe permitir al estudiante la oportunidad de compensar sus créditos escolares. El padre o tutor del estudiante suspendido debe informar a la escuela que el estudiante no tiene otro modo de llegar a la escuela.
Nota: tienen reglas diferentes. Solo los usuarios registrados pueden publicar comentarios. Por favor si desea dejar un comentario. Hacemos todo lo posible para responder a cada comentario. No podemos dar asesoramiento legal en los comentarios, así que si tiene alguna pregunta o necesita ayuda legal, vaya a,
: Disciplina en las escuelas: Suspensión
¿Qué hacer si suspenden a mi hijo de la escuela?
Audiencias de la junta escolar – Si lo suspenden a su hijo por más de 10 días escolares, puede apelar la suspensión en una audiencia de la junta escolar. La audiencia tratará si su hijo cometió la infracción indicada, y de ser el caso, cuál debería ser el castigo.
Su hijo tiene derecho a presentar su lado de la historia, y a llamar y contrainterrogar testigos. Después de escuchar todas las pruebas, la junta escolar decidirá si su hijo cometió la infracción. Si decide que cometió la infracción, la junta decidirá cuál es el castigo apropiado. A menudo los castigos para cada infracción figuran en el Código de conducta estudiantil.
Es posible que la junta esté limitada a esos castigos. Algunos códigos de conducta estudiantiles permiten que la junta escolar den diferentes castigos que los que figuran en el código. Las decisiones de la junta escolar pueden ser apeladas en la corte.
- Sin embargo, las cortes a menudo están de acuerdo con las decisiones de la escuela.
- A menos que haya habido un error importante, las juntas escolares a menudo creen a los administradores a cargo de la disciplina de estudiantes.
- Una corte que revisa una expulsión probablemente no revertirá la decisión de la escuela a menos que el estudiante pueda probar que la escuela violó los derechos del estudiante de manera importante.
Puede obtener más información sobre la regla de 10 días y las audiencias de la junta escolar en Educación especial: manual para los defensores de derechos de Disability Rights Michigan,
¿Cuántos partes tienes que tener para que te expulsen del instituto?
La rebeldía en un instituto de secundaria, vista desde dentro Uno de los alumnos de IES repasa en la pizarra la lección del día Propias Cuando se cierra la puerta de la clase, la dirección del centro, las estadísticas y la lectura que de ellas se hace se quedan fuera. Dentro sólo está el profesor (con más o menos vocación, empatía y autoridad, y algunas veces con miedo) y los alumnos (los buenos, los malos, los aplicados, los pasotas.).
Los padres no están ahí, pero su papel o la falta de él se palpa. Y lo que ocurre dentro de la clase, donde emergen problemas reales de la educación de secundaria (de 12 a 16 años) que no suelen trascender más allá de los muros de la escuela. La Vanguardia ha entrado en uno de los institutos públicos donde día a día se dirimen situaciones conflictivas, por la indisciplina de los alumnos, por la despreocupación de los padres.
De sus 98 docentes, 50 han pedido el traslado. Así es una jornada en este centro.8.30 “¿Pero. alguien ha hecho los deberes?” Marta, profesora de matemáticas, se cruza en la calle con tres alumnos de cuarto de ESO apoyados en la verja del instituto sin ninguna intención de entrar a clase.
- Pero ¿qué hacéis aquí?”.
- Por respuesta, unas risillas y comentarios varios más la guindilla de Carlos: “A lamierda el instituto”.
- Marta, imperturbable: “Venga.
- A clase, que va a sonar el timbre”, y se va.
- Ellos cogen sus mochilas y, aunque sin ninguna prisa, cruzan la puerta.
- Marta comienza la semana con un grupo de cuarto de ESO.
Se juegan el título y el paso a bachillerato – aunque la mayoría hará ciclos formativos – y sólo faltan dos semanas para acabar el curso. Debería haber una docena de alumnos en la clase pero son seis. La profe – lo de seño suena cursi y caducado – pasa lista y pregunta quién ha hecho los deberes,
- No. No. No.
- No ¿Y Daniel? “Está expulsado, que se durmió en clase”. Risas.
- La única alumna que ha hecho el trabajo en casa sale a la pizarra a copiar ejercicios de funciones.
- Un alumno se levanta.
- Otro le da un papel.
- Marta: “¿Qué haces?”.
- Por una semana que me falta no voy a comprar una libreta”.
- Alguien golpea la puerta y entra.
Son las 8.46 horas. “Me he dormido”.9.30 “¡Me la suda si me echas y voy a quejarme a dirección ! Hoy Marta no tiene clase a segunda hora y aprovecha para poner al día los comunicados de amonestaciones de sus alumnos. Tres amonestaciones suponen una expulsión de tres días (o una impulsión – ir al centro a estudiar – durante cuatro tardes), y tres expulsiones, un expediente disciplinario.
El tutor y la dirección son quienes deciden. En el formulario puso que la falta es “muy, muy grave y motivo necesario y suficiente de expulsión directa”. Marta escribió detrás de la hoja las razones: “Durante la clase el alumno X (de segundo de ESO) no trabaja, ni quiere trabajar desde hace semanas. Hace ver que escupe a los compañeros y luego se dedica a pintar con el boli el jersey de otro alumno.
Le digo que retire su silla y su mesa hasta el final del aula. Me contesta que le van a dar con la puerta y le digo que me da igual. Contestación del alumno (de 16 años): “A ver si te peto.”. Y luego: “¿A que te petan? Bueno, tú ya estás muy petada.”.
- Marta le dice que tiene una amonestación y el chico grita: “Me la suda y voy a bajar a dirección a quejarme”.
- El chaval cumple su amenaza y baja muy nervioso.
- Le explica a gritos lo ocurrido al jefe de estudios: “¡Estoy harto de esta profesora! ¡Me está tocando las pelotas!”.
- Jordi se muestra comprensivo y le dice con muy buenas palabras que se calme.
Cuando Marta acaba la clase explica su versión a Jordi. Horas después, el jefe de estudios del instituto pide a la profesora que lo hablen los tres juntos. “Yo no tengo que darle más explicaciones a este alumno”, opina Marta. Tiene clarísimo que el chico se ha pasado de la raya, pero que le expulsen o no, depende ahora de la dirección del centro.
- Otro docente comenta: “Si la dirección no es estricta en estos casos, ¿qué arma nos queda a los profesores?”.
- Marta hace fotocopias de esta amonestación y otras tres de la semana pasada: una para dirección, una para ella y otra para los padres del chaval.
- A las 10.20 horas se cruza en el pasillo con seis alumnos.
Deberían estar en clase hasta que sonara el timbre, pero los han dejado salir. Uno de los alumnos, de 19 años, tiene un expediente abierto y está expulsado. No puede estar en el instituto, pero nadie le dice nada.10.30 “¿Cómo se llaman dos rectas que se cortan?” “Imparalelas” Tercera hora.
Cuarto curso. En este instituto, como en la mayoría en Catalunya –más del 60% de los centros según un estudio de la Fundación Bofill–, agrupan a los alumnos por niveles. Una medida alegal y muy criticada por algunos pedagogos que defienden la integración de todos los alumnos. Pero aquí no se teoriza, hay que dar clase.
“¿Qué vas a hacer? ¿Dejar que unos cuantos que no tienen ningún tipo de interés impidan hacer la clase?”, se pregunta un docente. En cuarto curso, por ejemplo, hay cinco líneas (de bueno a malo, de 4.ºA a 4.ºE) y en las asignaturas troncales (matemáticas, catalán y castellano) se agrupan en siete grupos AB (bueno, medio y bajo), CD (bueno, medio y bajo) y 4.º E, un grupo adaptado donde todos son inmigrantes.
- Marta entra en un grupo de 4.º CD medio (cuatro chicos y una chica magrebí, la única que atiende durante toda la hora y laúnica que tiene los quince años que tocan, el resto son repetidores).
- Tengo hambre, ¿puedo comer?”, dice Carlos, el chico que mandó a la mierda el instituto a primera hora de la mañana.
Está a punto de cumplir los 18. Carlos estuvo expulsado tres días. Piensa en voz alta y todo lo comenta. Todos menos él han hecho los deberes. Uno sale a la pizarra. El “Carlos, cállate” suena una y otra vez. Mientras corrigen los ejercicios y entre las explicaciones de la profesora – van más avanzados en el temario los alumnos del grupo “bueno” de 3.
º que estos de 4. º – los chavales hacen comentarios: “La Sonia – otra profesora-está muy pesá”,dice uno. Otro habla del Barça (faltan dos días para Roma). Hacen funciones. “A ver – dice Marta-,dos rectas que se cruzan. ¿Cómo se llaman?”. “¡Imparalelas!”, “¡Rectas chocadas!” “¡Rectas en equis!”. “Ni una.
lo buscáis para mañana. ¿Alguien sabe cómo se llama el punto en que se cruzan?” “¡Punto G!”. Sermón y a continuar. Carlos está haciendo los ejercicios en su libreta, pero dice que se aburre. “Veo mucha chulería hoy en esta clase”, dice la profesora. “Oye, sí, y a mí no se me quita”, le contesta Carlos.
- A la cuarta vez de “me aburro”, Marta le advierte: lo echará de clase.
- Pues échame”.
- Tienes suficientes amonestaciones como para que te expulsen”, le recuerda la profesora.
- A la mierda la clase, tendrán que venir cinco profes para que me vaya”.
- Marta empieza a sacar el papel de la amonestación y pide a otro alumno que vaya a buscar al profesor de guardia.
Cuando este entra en la clase, le dice con tranquilidad a Carlos que se vaya. Pero no quiere. Marta advierte que le abrirán expediente y que tiene que irse. El profesor de guardia le insiste en que será mejor por las buenas. Y entonces, Carlos se pone a llorar.
“¿Otro expediente?”, susurra. Finalmente se levanta. El profesor de guardia cierra la puerta. Acto seguido, risas en la clase. “Si te pones chulo, te vas chulo”, dice uno. “Tanto vacilar y luego va y se pone a llorar – más risas-,pero me da pena”. Y Marta: “¡Ah! Te da pena. ¿Y yo? ¿Yo no te doy pena?”. “Usted no, profe, porque tiene poder”, dice otro con el puño en alto.11.30 “Estamos bajando el nivel una barbaridad” Media hora de patio.
Un grupo de profesores coinciden en la sala donde hay la máquina de cafés. “Hoy un alumno (de un grupo bueno) me ha dicho que por qué tiene que estudiar y esforzarse más que su amigo (del mismo curso pero en un grupo más flojo)”, dice un profesor. Otro expone su teoría: “Debería haber dos títulos de la ESO distintos, uno de graduado para los alumnos que demuestran que han adquirido los conocimientos y otro que certifique sólo la asistencia”.
- Los alumnos con problemas, de conducta principalmente, acaparan las energías y la mayor parte del tiempo de los profesores.
- En el aula y fuera de ella.
- ¿Y qué pasa con el derecho de los que sí quieren aprender o que serían mejores estudiantes si otros no distorsionaran el grupo?”, se pregunta otro.
- Al profesor de ciencias experimentales le preocupa que algunos de sus alumnos de bachillerato no sepan resolver una ecuación de segundo grado: “¿Cómo pudieron pasar de curso? Estamos bajando el nivel una barbaridad porque si no, aquí no aprobaría casi nadie”, opina.
Otro es más contundente: “Estamos regalando el título, pero es que si no aprueban la ESO, no van a poder hacer nada.”.12 “Hay profesores que entran con miedo a clase” A un profesor le tiraron una mesa. A otras las han amenazado con grabarlas con el móvil y colgarlas en internet.
- Insultos y desafíos a diario.
- Por norma general, en el aula, los alumnos hacen comentarios, preguntan a cada momento interrumpiendo.
- Arrastran las sillas.
- Cuando suena el timbre, se levantan y entran otros en la clase.
- Ellos saben con quién pueden pasarse y con quién no, los profesores no sólo enseñamos, también educamos y tenemos que ponerles límites constantemente”, dice Silvia, profesora de sociales, mientras recorre el pasillo.
Otros, como Rafael, opinan que “la educación se trae de casa. Aquí se viene a aprender”. Ahora a Silvia le toca guardia. Eso implica sustituir al profesor que no ha venido. “Algunos profesores tienen miedo, no saben imponerse y tampoco tienen empatía con los alumnos, hay que encontrar un punto medio para no perder el control de la clase”, añade.
- Ella no ha tenido problemas, aunque a menudo se deja la voz en el aula y es de los que siempre se prestan voluntarios para acompañar a los chicos de excursión o de colonias.
- ¿La vocación era eso? “Otra cosa importante y que se nota al momento: los padres que se implican y que responden cuando les llamas; entonces se pueden resolver problemas.
Pero a menudo, los hijos también pueden con sus padres”, lamenta. Hace poco se constituyó la Asociación de Madres y Padres de este IES (de 700 alumnos incluidos ciclos formativos). No se apuntaron ni una docena.13 Aula abierta, la enésima oportunidad Alba es profesora de matemáticas, pero ejerce de tutora del aula abierta, antes para alumnos “conductuales”; ahora, oficialmente, para grupos “de diversificación curricular”.
Al aula abierta van los alumnos que fallan constantemente a clase, “que tienen un bajo ritmo de aprendizaje, sin perspectivas de futuro y con poco apoyo familiar”. La comisión de atención a la diversidad decide los alumnos que dejan el itinerario “normal” para continuar sus “estudios” en el aula abierta.
Una psicopedagoga (hay dos en el equipo directivo de este instituto de secundaria) coordina esta aula, que para otros es la prueba tangible de que el sistema educativo no funciona. Alba es la tutora. y está contenta porque ha conseguido que los cinco alumnos (deberían ser ocho, pero a estas alturas de curso ya no aparecen por la clase) quizás no saben resolver una división de tres cifras (tienen casi 16 años), pero pueden estar ahora diez minutos centrados en una tarea. Tres alumnas miran qué nota han sacado de una de sus asignaturas Propias Cargando siguiente contenido. : La rebeldía en un instituto de secundaria, vista desde dentro
¿Cuántos días se puede suspender a un estudiante?
La suspensión se puede extender hasta por un plazo máximo de 5 días hábiles, renovables por igual periodo en casos debidamente fundamentados.
¿Qué es expulsar a un estudiante?
Expulsión o exclusión en un escuela o universidad se define como la salida obligatoria definitiva de un estudiante de la institución por violar las reglas.
¿Cuál es el número máximo de alumnos por aula?
Artículo 11. Relación de alumnos por unidad. – Los centros de educación primaria tendrán, como máximo, 25 alumnos por unidad escolar. Subir
¿Qué es la exclusión disciplinaria?
Esa exclusión que implica estar exento, no ser responsable disciplinariamente aun así se hubiere cometido una falta, que en principio ameritaría una sanción, es el reconocimiento que el legislador hace de la naturaleza humana del agente quien puede ver comprometida su voluntad en determinadas circunstancias.
¿Cuántos días se puede faltar al colegio sin justificar?
Educación expedientará por absentismo al faltar más de dos días en un mes a clase sin justificar La Consellería de Educación acaba de establecer, por primera vez, un protocolo común para todos los colegios de Galicia para controlar la asistencia a clase, un indicador que incide directamente en el éxito o el fracaso del alumnado medido incluso en el informe PISA.
- Con el procedimiento unificado, los profesores tendrán que abrir expediente por absentismo a los alumnos que falten dos días a clase sin justificación.
- La nueva norma considera “absentismo: un número de faltas sin justificar superior al 10% del horario lectivo de un determinado mes”.
- Teniendo en cuenta que en Secundaria y Bachillerato el calendario lectivo semanal es de 32 horas (128 al mes), el centro abrirá expediente a partir de las dos jornadas de ausencia mensuales, calculando las faltas unidas, o entre 12 y 13 horas separadas, es decir, distribuidas a lo largo del mes.
En el caso de Primaria el horario mensual más común es de 100 horas lectivas (25 semanales), según explica el propio sector, de manera que el 10% del horario de faltas serían 10 horas (dos días de clase). El protocolo también especifica qué documentos sirven para justificar las faltas: desde partes médicos a prueba formal de asistencia a un examen por ejemplo.
- Hasta ahora cada centro educativo tenía su propio sistema para controlar la ausencia: algunos colegios optaban por mandar las faltas a casa, otros por comunicarlo vía telefónica y también existían modelos de envío de mensajes (móvil o correo).
- El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, que presentó ayer el protocolo en el Mupega a equipos directivos, docentes, orientadores y a los demás agentes implicados en la educación, abogó en el acto por una “escuela inclusiva” para que ningún joven “quede apartado de las aulas por sus circunstancias particulares y pueda alcanzar altas tasas de éxito”.
Plazos establecidos Con el nuevo documento de Educación se unifican los distintos sistemas también para el control de la asistencia por parte del profesorado: será obligatorio pasar lista en clase. “El profesor deberá realizar diariamente el control de asistencia y comunicar las faltas (justificadas y no justificadas) a las familias o tutores legales en los cinco primeros días del mes siguiente”, según consta en el protocolo.
Vázquez Abad aludió a la importancia de establecer plazos “para minimizar el efecto negativo del absentismo en la vida escolar”. En caso de que el número de faltas sin justificar supere el 10% del horario lectivo del mes, el profesor iniciará el expediente de absentismo y comunicará la situación a la jefatura de estudios para, acto seguido, convocar a los padres del alumno en cuestión.
El inicio del expediente se hará en los siete primeros días de mes (con respecto a las faltas del anterior). “Si tras la reunión con la familia se logra reconducir la situación se paraliza el proceso y se archiva el expediente. En caso contrario, será la jefatura de estudios la que convoque a la familia para intentar resolver la situación”, apunta Educación.
- De no arreglarse, la dirección del centro lo notificará al Servicio Territorial de Inspección Educativa correspondiente y al concello de residencia del alumna o alumno, “en el plazo máximo de 30 días naturales desde el inicio del expediente.
- El conselleiro de Educación expresó que en la actualidad el absentismo en Galicia no supone un problema: “afecta a menos del 0,2% de la población escolar”.
De un alumnado de más de 350.000 alumnos en la comunidad, afectaría a algo más de 700. : Educación expedientará por absentismo al faltar más de dos días en un mes a clase sin justificar
¿Cuáles son las sanciones de los alumnos?
Derechos, deberes, faltas, sanciones y estímulos a los educandos. Son derechos de los educandos.
- Recibir formación educativa integral dentro de un ambiente que le brinde seguridad moral y física, así como los servicios de orientación, bienestar y tutoría.
- Ser tratado con dignidad y respeto sin discriminación por motivos de raza, sexo, religión, situación económica, etc.
- Hacer uso de los ambientes de la Institución Educativa BRITANICO PEQUEÑO UNIVERSO, dentro del marco del servicio.
- Recibir estímulos por acciones destacadas y trascendentes; y en merito al cumplimiento de sus deberes excepcionales.
- Ser informado oportunamente de las disposiciones que le conciernen como alumno dentro del aula y de la Institución Educativa.
Son deberes de los educandos.
- Participar responsablemente en el proceso de las actividades educativas del plantel, cumpliendo las indicaciones del profesor, grupos de inter aprendizaje y director.
- Asistir puntualmente a la Institución Educativa portando sus útiles y materiales escolares, según el horario pedagógico establecido en el salón.
- Ser leal a la Institución Educativa, procurando cuidar el prestigio institucional.
- Cuidar los ambientes, talleres, equipos, mobiliarios, medios y materiales educativos, instalaciones eléctricas y servicios de agua y desagüe e implementación deportivos de la Institución Educativa.
- Cumplir los acuerdos internos del aula y el reglamento interno de la Institución Educativa, asumiendo el régimen escolar formal.
- Rendir las evaluaciones programas y cumplir con las tareas y/o asignaciones encargada en el aula por el (a) profesor (a).
- Permanecer en el aula y en el plantel durante el horario de trabajo pedagógico.
- Cumplir con el horario de ingreso y salida del plantel en el turno establecido.
- Justificar sus tardanzas e inasistencias con la presencia del padre o apoderado de manera oportuna.
- Evitar la agresión física y verbal dentro de la Institución Educativa.
- Acatar las medidas disciplinarias que hubiere como consecuencia de una penalización, dictadas por el Profesor del aula y/o Director.
- Cuidar el aseo de su cuerpo y de los materiales educativos de su pertenencia.
DE LAS FALTAS DEL EDUCANDO Son faltas de los educandos
- El incumplimiento del presente reglamento los acuerdos internos del aula.
- El reiterado incumplimiento de las tareas y asignaciones.
- Incurrir en actos de violencia grave, indisciplina. Hurto agresión verbal a compañeros, docentes y personal administrativo.
- Pedir o exigir a sus compañeros comprensión alguna por facilitar las tareas y/o trabajos.
- Intervenir en actos reñidos con la moral o que atente contra la salud física y mental.
- Realizar gestos y movimientos obscenos delante de sus compañeros de escuela.
- Hablar constantemente palabras soeces y vulgares.
- Hacer mal uso de los ambientes del salón, de la Institución educativa y servicios higiénicos.
- Colocar sobrenombre a sus compañeros y docentes del plantel.
- Hacer obsequios a sus compañeros sea individual o colectivamente a cambio de notas de las materias.
- Apropiarse ilícitamente de objetos, enseres y materiales de sus compañeros.
- La destrucción y/o aprobación ilícita de los bienes y materiales de propiedad de la Institución Educativa.
- Las tardanzas y ausencias injustificadas a la Institución Educativa.
- Mentir ante el profesor(a), Padre de Familia y Directora para sacar ventaja personal.
DE LAS SANCIONES DE LOS EDUCANDOS. Son sanciones que se aplican a los educandos:
- Amonestación verbal o escrita del profesor del aula.
- Amonestación verbal o escrita de la directora.
- Suspensión por 5ª 15 días del plantel según la magnitud de la falta.
- Perdida de la vacante de matricula para el año siguiente.
- Los incisos b), c), d) y e) se aplicarán de acuerdo al informe de Evaluación de La
- Comisión de Tutoría.
- En la aplicación de las sanciones a los educandos se evita la humillación y se brinda la orientación correspondiente para su recuperación.
- La sanción de suspensión se determina por Resolución Directoral indicando el periodo establecido y los motivos de la determinación, comunicando oportunamente a sus padres o apoderados.
- DE LOS ESTÍMULOS DE LOS EDUCANDOS.
- Los estímulos por acciones destacadas y trascendentes a los alumnos son:
- Felicitación verbal o escrita de
- Felicitación verbal o escrita de la directora.
- Diploma de merito
- Medallas de honor del centro educativo.
- Presentes especiales de manera individual o grupal.
: Derechos, deberes, faltas, sanciones y estímulos a los educandos.
¿Qué obligaciones tengo en la escuela?
Obligaciones de los niños en la escuela Prestar atención en clase y esforzarse al máximo por aprender reflexivamente. Trabajar en fortalecer la empatía con los demás. Entregar los trabajos y tareas a tiempo y con la calidad requerida. Asistir con constancia y compromiso a la institución.
¿Qué pasa si mi hijo no tiene lugar en la escuela?
Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México ¿Quieres cambiar a tu hijo a una escuela en la Ciudad de México? En la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (AEFCM) puedes solicitar una autorización para cambiar a tu hijo de una escuela a otra; siempre y cuando exista disponibilidad de lugares en la institución que deseas y deberá ser a partir del primer día hábil del mes de octubre.
¿Cuántos partes tienes que tener para que te expulsen del instituto?
La rebeldía en un instituto de secundaria, vista desde dentro Uno de los alumnos de IES repasa en la pizarra la lección del día Propias Cuando se cierra la puerta de la clase, la dirección del centro, las estadísticas y la lectura que de ellas se hace se quedan fuera. Dentro sólo está el profesor (con más o menos vocación, empatía y autoridad, y algunas veces con miedo) y los alumnos (los buenos, los malos, los aplicados, los pasotas.).
Los padres no están ahí, pero su papel o la falta de él se palpa. Y lo que ocurre dentro de la clase, donde emergen problemas reales de la educación de secundaria (de 12 a 16 años) que no suelen trascender más allá de los muros de la escuela. La Vanguardia ha entrado en uno de los institutos públicos donde día a día se dirimen situaciones conflictivas, por la indisciplina de los alumnos, por la despreocupación de los padres.
De sus 98 docentes, 50 han pedido el traslado. Así es una jornada en este centro.8.30 “¿Pero. alguien ha hecho los deberes?” Marta, profesora de matemáticas, se cruza en la calle con tres alumnos de cuarto de ESO apoyados en la verja del instituto sin ninguna intención de entrar a clase.
Pero ¿qué hacéis aquí?”. Por respuesta, unas risillas y comentarios varios más la guindilla de Carlos: “A lamierda el instituto”. Marta, imperturbable: “Venga. A clase, que va a sonar el timbre”, y se va. Ellos cogen sus mochilas y, aunque sin ninguna prisa, cruzan la puerta. Marta comienza la semana con un grupo de cuarto de ESO.
Se juegan el título y el paso a bachillerato – aunque la mayoría hará ciclos formativos – y sólo faltan dos semanas para acabar el curso. Debería haber una docena de alumnos en la clase pero son seis. La profe – lo de seño suena cursi y caducado – pasa lista y pregunta quién ha hecho los deberes,
- No. No. No.
- No ¿Y Daniel? “Está expulsado, que se durmió en clase”. Risas.
- La única alumna que ha hecho el trabajo en casa sale a la pizarra a copiar ejercicios de funciones.
- Un alumno se levanta.
- Otro le da un papel.
- Marta: “¿Qué haces?”.
- Por una semana que me falta no voy a comprar una libreta”.
- Alguien golpea la puerta y entra.
Son las 8.46 horas. “Me he dormido”.9.30 “¡Me la suda si me echas y voy a quejarme a dirección ! Hoy Marta no tiene clase a segunda hora y aprovecha para poner al día los comunicados de amonestaciones de sus alumnos. Tres amonestaciones suponen una expulsión de tres días (o una impulsión – ir al centro a estudiar – durante cuatro tardes), y tres expulsiones, un expediente disciplinario.
- El tutor y la dirección son quienes deciden.
- En el formulario puso que la falta es “muy, muy grave y motivo necesario y suficiente de expulsión directa”.
- Marta escribió detrás de la hoja las razones: “Durante la clase el alumno X (de segundo de ESO) no trabaja, ni quiere trabajar desde hace semanas.
- Hace ver que escupe a los compañeros y luego se dedica a pintar con el boli el jersey de otro alumno.
Le digo que retire su silla y su mesa hasta el final del aula. Me contesta que le van a dar con la puerta y le digo que me da igual. Contestación del alumno (de 16 años): “A ver si te peto.”. Y luego: “¿A que te petan? Bueno, tú ya estás muy petada.”.
Marta le dice que tiene una amonestación y el chico grita: “Me la suda y voy a bajar a dirección a quejarme”. El chaval cumple su amenaza y baja muy nervioso. Le explica a gritos lo ocurrido al jefe de estudios: “¡Estoy harto de esta profesora! ¡Me está tocando las pelotas!”. Jordi se muestra comprensivo y le dice con muy buenas palabras que se calme.
Cuando Marta acaba la clase explica su versión a Jordi. Horas después, el jefe de estudios del instituto pide a la profesora que lo hablen los tres juntos. “Yo no tengo que darle más explicaciones a este alumno”, opina Marta. Tiene clarísimo que el chico se ha pasado de la raya, pero que le expulsen o no, depende ahora de la dirección del centro.
- Otro docente comenta: “Si la dirección no es estricta en estos casos, ¿qué arma nos queda a los profesores?”.
- Marta hace fotocopias de esta amonestación y otras tres de la semana pasada: una para dirección, una para ella y otra para los padres del chaval.
- A las 10.20 horas se cruza en el pasillo con seis alumnos.
Deberían estar en clase hasta que sonara el timbre, pero los han dejado salir. Uno de los alumnos, de 19 años, tiene un expediente abierto y está expulsado. No puede estar en el instituto, pero nadie le dice nada.10.30 “¿Cómo se llaman dos rectas que se cortan?” “Imparalelas” Tercera hora.
- Cuarto curso.
- En este instituto, como en la mayoría en Catalunya –más del 60% de los centros según un estudio de la Fundación Bofill–, agrupan a los alumnos por niveles.
- Una medida alegal y muy criticada por algunos pedagogos que defienden la integración de todos los alumnos.
- Pero aquí no se teoriza, hay que dar clase.
“¿Qué vas a hacer? ¿Dejar que unos cuantos que no tienen ningún tipo de interés impidan hacer la clase?”, se pregunta un docente. En cuarto curso, por ejemplo, hay cinco líneas (de bueno a malo, de 4.ºA a 4.ºE) y en las asignaturas troncales (matemáticas, catalán y castellano) se agrupan en siete grupos AB (bueno, medio y bajo), CD (bueno, medio y bajo) y 4.º E, un grupo adaptado donde todos son inmigrantes.
- Marta entra en un grupo de 4.º CD medio (cuatro chicos y una chica magrebí, la única que atiende durante toda la hora y laúnica que tiene los quince años que tocan, el resto son repetidores).
- Tengo hambre, ¿puedo comer?”, dice Carlos, el chico que mandó a la mierda el instituto a primera hora de la mañana.
Está a punto de cumplir los 18. Carlos estuvo expulsado tres días. Piensa en voz alta y todo lo comenta. Todos menos él han hecho los deberes. Uno sale a la pizarra. El “Carlos, cállate” suena una y otra vez. Mientras corrigen los ejercicios y entre las explicaciones de la profesora – van más avanzados en el temario los alumnos del grupo “bueno” de 3.
º que estos de 4. º – los chavales hacen comentarios: “La Sonia – otra profesora-está muy pesá”,dice uno. Otro habla del Barça (faltan dos días para Roma). Hacen funciones. “A ver – dice Marta-,dos rectas que se cruzan. ¿Cómo se llaman?”. “¡Imparalelas!”, “¡Rectas chocadas!” “¡Rectas en equis!”. “Ni una.
lo buscáis para mañana. ¿Alguien sabe cómo se llama el punto en que se cruzan?” “¡Punto G!”. Sermón y a continuar. Carlos está haciendo los ejercicios en su libreta, pero dice que se aburre. “Veo mucha chulería hoy en esta clase”, dice la profesora. “Oye, sí, y a mí no se me quita”, le contesta Carlos.
- A la cuarta vez de “me aburro”, Marta le advierte: lo echará de clase.
- Pues échame”.
- Tienes suficientes amonestaciones como para que te expulsen”, le recuerda la profesora.
- A la mierda la clase, tendrán que venir cinco profes para que me vaya”.
- Marta empieza a sacar el papel de la amonestación y pide a otro alumno que vaya a buscar al profesor de guardia.
Cuando este entra en la clase, le dice con tranquilidad a Carlos que se vaya. Pero no quiere. Marta advierte que le abrirán expediente y que tiene que irse. El profesor de guardia le insiste en que será mejor por las buenas. Y entonces, Carlos se pone a llorar.
- ¿Otro expediente?”, susurra.
- Finalmente se levanta.
- El profesor de guardia cierra la puerta.
- Acto seguido, risas en la clase.
- Si te pones chulo, te vas chulo”, dice uno.
- Tanto vacilar y luego va y se pone a llorar – más risas-,pero me da pena”.
- Y Marta: “¡Ah! Te da pena.
- ¿Y yo? ¿Yo no te doy pena?”.
- Usted no, profe, porque tiene poder”, dice otro con el puño en alto.11.30 “Estamos bajando el nivel una barbaridad” Media hora de patio.
Un grupo de profesores coinciden en la sala donde hay la máquina de cafés. “Hoy un alumno (de un grupo bueno) me ha dicho que por qué tiene que estudiar y esforzarse más que su amigo (del mismo curso pero en un grupo más flojo)”, dice un profesor. Otro expone su teoría: “Debería haber dos títulos de la ESO distintos, uno de graduado para los alumnos que demuestran que han adquirido los conocimientos y otro que certifique sólo la asistencia”.
- Los alumnos con problemas, de conducta principalmente, acaparan las energías y la mayor parte del tiempo de los profesores.
- En el aula y fuera de ella.
- ¿Y qué pasa con el derecho de los que sí quieren aprender o que serían mejores estudiantes si otros no distorsionaran el grupo?”, se pregunta otro.
- Al profesor de ciencias experimentales le preocupa que algunos de sus alumnos de bachillerato no sepan resolver una ecuación de segundo grado: “¿Cómo pudieron pasar de curso? Estamos bajando el nivel una barbaridad porque si no, aquí no aprobaría casi nadie”, opina.
Otro es más contundente: “Estamos regalando el título, pero es que si no aprueban la ESO, no van a poder hacer nada.”.12 “Hay profesores que entran con miedo a clase” A un profesor le tiraron una mesa. A otras las han amenazado con grabarlas con el móvil y colgarlas en internet.
Insultos y desafíos a diario. Por norma general, en el aula, los alumnos hacen comentarios, preguntan a cada momento interrumpiendo. Arrastran las sillas. Cuando suena el timbre, se levantan y entran otros en la clase. “Ellos saben con quién pueden pasarse y con quién no, los profesores no sólo enseñamos, también educamos y tenemos que ponerles límites constantemente”, dice Silvia, profesora de sociales, mientras recorre el pasillo.
Otros, como Rafael, opinan que “la educación se trae de casa. Aquí se viene a aprender”. Ahora a Silvia le toca guardia. Eso implica sustituir al profesor que no ha venido. “Algunos profesores tienen miedo, no saben imponerse y tampoco tienen empatía con los alumnos, hay que encontrar un punto medio para no perder el control de la clase”, añade.
Ella no ha tenido problemas, aunque a menudo se deja la voz en el aula y es de los que siempre se prestan voluntarios para acompañar a los chicos de excursión o de colonias. ¿La vocación era eso? “Otra cosa importante y que se nota al momento: los padres que se implican y que responden cuando les llamas; entonces se pueden resolver problemas.
Pero a menudo, los hijos también pueden con sus padres”, lamenta. Hace poco se constituyó la Asociación de Madres y Padres de este IES (de 700 alumnos incluidos ciclos formativos). No se apuntaron ni una docena.13 Aula abierta, la enésima oportunidad Alba es profesora de matemáticas, pero ejerce de tutora del aula abierta, antes para alumnos “conductuales”; ahora, oficialmente, para grupos “de diversificación curricular”.
- Al aula abierta van los alumnos que fallan constantemente a clase, “que tienen un bajo ritmo de aprendizaje, sin perspectivas de futuro y con poco apoyo familiar”.
- La comisión de atención a la diversidad decide los alumnos que dejan el itinerario “normal” para continuar sus “estudios” en el aula abierta.
Una psicopedagoga (hay dos en el equipo directivo de este instituto de secundaria) coordina esta aula, que para otros es la prueba tangible de que el sistema educativo no funciona. Alba es la tutora. y está contenta porque ha conseguido que los cinco alumnos (deberían ser ocho, pero a estas alturas de curso ya no aparecen por la clase) quizás no saben resolver una división de tres cifras (tienen casi 16 años), pero pueden estar ahora diez minutos centrados en una tarea. Tres alumnas miran qué nota han sacado de una de sus asignaturas Propias Cargando siguiente contenido. : La rebeldía en un instituto de secundaria, vista desde dentro
¿Cuántos años puede perder un estudiante?
A escasas cuatro semanas (en la mayoría del territorio nacional) de que termine el año escolar, y en esta época muchos estudiantes y padres de familia hacen cuentas para saber si sus hijos podrán pasar el año luego de meses con un rendimiento académico difícil.
Es más, muchos aún guardan sus esperanzas en el Decreto 230 de 2002, según el cual solo el 5 por ciento de los estudiantes de toda una institución educativa pueden perder el año, por lo que algunos alumnos de bajo desempeño eran promovidos al grado siguiente en lo que ha sido llamado “pasar por decreto” el año escolar.
¿Pero esto es cierto? ¿Todavía aplica esta norma? Lea también: Proyecto eliminaría recursos para investigación de universidades privadas La respuesta es no. Dicha normativa fue muy polémica en los años en que estuvo en vigor y muy recordada por padres de familia y personas que estudiaron en el colegio en la primera década de este siglo, por lo que quedó interiorizada en muchas personas.
Sin embargo, en el año 2009 se emitió el Decreto 1290, que deroga el Decreto 230. Desde su entrada en vigor, a partir del año 2010, la regulación en cuanto a la repitencia escolar cambió. Lea también: PAE universal y en vacaciones, la ambiciosa apuesta de Mineducación Textualmente el 1290 establece que “cada establecimiento educativo determinará los criterios de promoción escolar de acuerdo con el sistema institucional de evaluación de los estudiantes.
Así mismo, el establecimiento educativo definirá el porcentaje de asistencia que incida en la promoción del estudiante”. Es decir, ya no existe un límite en el número de estudiantes que pueden perder el año al interior de un colegio, ni tampoco en el porcentaje de inasistencias que desencadenan la misma medida (anteriormente este era del 25 por ciento).
- También quedó eliminado el hecho de que el haber obtenido una valoración final de insuficiente o deficiente en tres o más áreas, o en matemáticas y lenguaje en dos años consecutivos, es causa para reprobar el año.
- Lea también: Ascún nombra a José Consuegra, rector de la U.
- Simón Bolívar, como presidente En cambio, lo que establece el decreto 1290, actualmente en vigencia, es que cada institución la que determina los criterios para que un menor repruebe el año, ya sea el número de asignaturas perdidas o inasistencias, y no hay límite en el número de estudiantes que pueden perder, por lo que desde hace años ya no se puede pasar el año “por decreto”.
El 1290 también dice que “cuando un establecimiento educativo determine que un estudiante no puede ser promovido al grado siguiente, debe garantizarle en todos los casos, el cupo para que continúe con su proceso formativo”. REDACCIÓN EDUCACIÓN
¿Qué es la exclusion disciplinaria?
Esa exclusión que implica estar exento, no ser responsable disciplinariamente aun así se hubiere cometido una falta, que en principio ameritaría una sanción, es el reconocimiento que el legislador hace de la naturaleza humana del agente quien puede ver comprometida su voluntad en determinadas circunstancias.